¡Mira lo que me encontré!
Escrito por Eny Ramírez
Este fin de semana estaba limpiando la casa y me encontré con una caja empolvada debajo de las escaleras; “Creía que ya había desempacado todas las cajas”, pensé, le quité el polvo y la abrí por curiosidad.
Al abrirla, me di cuenta de que esa cajita no era de la mudanza, sino que era una cajita que nombre como “La caja de Pandora” cuando llegué a Cancún por qué me di a la tarea de llenarla de todos los recuerdos que iría coleccionando de la joya del Caribe Mexicano.
Sonreí al ver esa envoltura de chocolate suizo que me encantó, jugué un rato con unas conchitas que de seguro son de la playa de Cozumel, sonreí al ver las fotos que reuní de los parques que he visitado y hasta desempolve las botellas con la arena de cada playa que he visitado; nota mental: Aún te falta Holbox.
Entonces abrí un sobre, me imaginé que ahí habría más fotografías o quizá dinero que mi yo del pasado había guardado, pero no, eran un montón de brazaletes de los diferentes parques, cenotes y para mi sorpresa, vaya que he ido a conciertos.
He asistido a 10, creo que es un récord personal, considerando que llevo aquí casi 5 años, empecé a revisar con detenimiento los brazaletes de los conciertos a los que he ido, me encontré con uno en particular que de repente me hizo viajar a ese momento: la música, los cuerpos acercándose y bailando al ritmo de la banda, los gritos, la emoción y la felicidad que sentí de estar a lado de Andrés, en ese entonces solo estábamos saliendo, aún no éramos novios, pero fue en ese concierto que nos dimos nuestro primer beso y por supuesto empezamos nuestra relación.
Tomé mi celular y le mandé una foto del brazalete:
“Mira lo que me encontré, guapo ”.
Después de este pequeño viaje a mis aventuras, me queda claro que estos brazaletes son más bien las muestras de experiencias inolvidables.